jueves, 23 de marzo de 2017

la primavera ha venido y yo sé cómo ha sido


cinemagraph de Julien Douvier

"La primavera ha venido, nadie sabe como ha sido".
Antonio Machado

Este año me propuse captar cada paso o susurro que diera la primavera para que no me sorprendiera, y así, no encontrármela de golpe en las calles, sin saber por dónde, ni cómo había venido. 

Por eso espío minuciosamente todos los cambios; como se alargan las horas de luz, los árboles de mi calle... Cada día observo como van brotando silenciosamente y con disimulo las hojas del plátano que vive bajo mi ventana. Esta mañana un par de cotorras brincaban por las ramas como si comprobaran su resistencia y aguante. Cuando -por alguna desconocida razón- la rama las convencía, la rompían con su pico y se la llevaban volando hacía algún lugar secreto. Su sombra juguetona las seguía por el asfalto calle arriba. Me han entrado ganas de seguirlas, y como un jubilado, pararme a inspeccionar como evoluciona la construcción de sus nidos.
Para celebrar la primavera he comprado geranios y otras plantas para llenar el balcón de vida y de color. No entiendo a la gente que tiene los balcones vacíos. Id y yo fuimos a esa floristería enorme que hay en la calle Valencia; esa que no cierra nunca. Las noches que tengo insomnio me calma pensar que esa floristería siempre está abierta, esperando que alguien entre a comprar flores.

foto: Id

El resfriado que no pillé en invierno se ha esperado, como siempre, a que llegue marzo para atacarme. Eso me pasa por ir a esquiar este fin de semana. Bien, la que esquió fue Id y su hermana, yo me quedé leyendo bajo un abeto rodeada de nieve. Calor de verano al sol que hizo posible esquiar en manga corta y que yo pillara un resfriado por los cambios bruscos de temperatura (a mi cuerpo parecen no gustarle). 
El fin de semana anterior habíamos ido a la playa y a comer una fideuá a la Barceloneta. Verano e invierno mezclados gracias a las "bondades" del cambio climático.

Con la primavera también crecen las ganas de salir de casa y de comerme la vida. También, las de leer y escribir.
Leo en la interesante A Virginia le gustaba Vita (próxima lectura de la bollotertulia) que la Woolf siempre llevaba en el bolsillo una libreta de notas para apuntar las ideas que se le iban ocurriendo, sobretodo durante sus largas caminatas. A mí las ideas geniales se me ocurren cuando voy en moto o estoy en la ducha. Si fuera escritora, sería la novelista más limpia del mundo. Si no me diera una vergüenza mortal utilizaría la grabadora del móvil para guardar mis notas mentales, pero incluso soy incapaz  de enviar audios de whatsapp por el apuro que me da escuchar mi propia voz. 

(Esta canción me inspira  primavera)

viernes, 10 de marzo de 2017

la utilidad del dolor

"A veces se apodera de mí ese estado de ánimo en el que cuanto veo o pienso me deprime. Todo parece una prueba de que el mundo es una mierda y va a peor".
Algun día este dolor te será útil, Peter Cameron

Cheryl Strayed

Inadaptado, es el adjetivo con el que James, el protagonista adolescente de Algún día este dolor te será útil, se identifica. A su edad, yo también me sentía así, inadaptada, fuera de lugar.
En un antiguo post ya hablé de mi gusto por los libros y películas sobre adolescentes atormentados y misántropos como Holden Caulfield, Antoine Doinel, la Mick de El corazón es un cazador solitario... Ahora tendré que sumar a James Sveck a mi universo de adolescentes decentes.
He disfrutado mucho con esta novela, con las reflexiones de su protagonista, su manera de ver el mundo, tan semejante a la mía a su edad, con los mismos conflictos y con esa sensación constante de no encajar en el mundo que le rodea, y menos todavía en el de los adolescentes. La novela, además, tiene unos diálogos fascinantes; sobretodo los que mantiene James con la psicóloga o con su abuela Nanette (un personajes entrañable).
"Se paciente y fuerte; algún día este dolor te será útil". ¿Tiene ulitidad el dolor? según la cita de Ovidio que encabeza el libro, sí. Ese dolor de la juventud por el que todos hemos pasado, más o menos... 

Como podéis comprovar, sigo con mi afán lector. Me alegra haber recuperado el tiempo de lectura, y tras el libro de Peter Cameron, vienen un par que de momento también estoy disfrutando mucho: El gato que venía del cielo de Yoko Ogihara y sobretodo Salvaje de Cherly Strayed, un libro que también gira entorno al dolor y como hacerle frente. (Después de ver la película, quedé fascinada con la historia y con ganas de hacer el sendero de la Cresta del Pacífico).

Por lo menos, el tiempo en que "todo me deprime" -como a James- está pasando. Las horas de luz se va alargando y con ellas mis ganas de socializar y hacer mil planes.

foto: Id

Ir a la manifestación del Día de la Mujer fue estimulante. Toda esa energía, sororidad y rabia femenina contenida fue un subidón de autoestima. Quedamos con mi hermana, Tempesta y con Cake, la nueva novia inglesa de M.Pop que no tiene ni idea de español. Así que hablar con ella siempre supone un desafio para mi patético nivel de inglés hablado.
No me esperaba que hubiera tanta gente, y me alegró ver la cantidad de hombres feministas que había en la manisfestación.
Cuando regresábamos a casa en moto, una explosión de júbilo salió de repente de un bar: GOOOOOL!! El Barça había conseguido una remontada histórica (eso refuerza mi teoría que doy mala suerte al Barça si miro por la tele los partidos de cuartos de final de la Champions. Por suerte eso no pasa en las finales, uf!). Fue un final de día apoteósico.


Para terminar la semana feminista, esta noche iremos al concierto que Lidia Damunt dará en Barcelona y en el que presentará su último disco Telepatía.



Y el sábado también iremos al concierto organizado para celebrar el Día Internacional de la Mujer.
(Ok, que actúen Les Sueques es la verdadera razón por la que quiero ir. Pero es que su nuevo disco me está gustodo muchísimo!)